Domesticación de la yuca

 

DOMESTICACIÓN DE LA YUCA

Fotografía de BBC News Mundo

La domesticación es un proceso evolutivo, en el cual, por acción humana, se generan cambios en el paisaje y en organismos vivos como animales, plantas, hongos, bacterias. Existe un amplio rango de especies animales y vegetales domesticadas al ser criados en cautividad o en un ambiente “artificial” que les modificada de sus ancestros silvestres a fin de aprovechar de la mejor manera los beneficios que estos organismos puedan brindar o para hacerla más agradable a los humanos (Yacobaccio & Korstanje, 2007). Estos seres son incorporados dentro de la vida humana mediante prácticas de “manipulación de la diversidad de fenotipos (morfológicos, fisiológicos, en comportamiento) que normalmente existen dentro de las poblaciones de una especie” (Casas & Parra, 2016, pág. 138).

En el caso de las plantas,

se han desarrollado variedades donde se eliminan pelos irritantes y compuestos tóxicos en las hojas o frutos, adaptaciones que les ayudan en las condiciones silvestres a no ser consumidas por herbívoros, pero que perderlas las hace más fáciles de manejar por los campesinos, o se vuelven más sabrosas y nutritivas, al no ser tóxicas (Eguiarte et al., 2018).

También se les ha manipulado con el objetivo de seleccionar la mayor cantidad y mejor calidad de los frutos y semillas dado su valor como fuente alimenticia para los seres humanos. Además, se han tomado y replicado características que faciliten su manejo como el caso del maíz, el cual se buscaban que no liberara las semillas, sino que quedaran unidas al olote, o que permanecieran en la vaina como en el caso de los frijoles, así el agricultor no las perdía (Eguiarte et al., 2018).

El caso de la yuca

La yuca o mandioca (Manihot esculenta Crantz), ha sido una de las tantas especies vegetales domesticadas por la acción humana. Según investigaciones, que emplean marcadores moleculares que precisan variaciones en la secuencia del ADN de las plantas permitiendo establecer relaciones genéticas entre diferentes variedades y análisis de la distribución geográfica, se considera que la yuca pudo tener su origen al sur de México y en el centro de Brasil, esto debido a que allí es donde se concentran la mayor diversidad de especies del género Manihot (Colombo et al., 2000).

Dada la clara separación entre los linajes de las plantas mesoamericanas y sudamericanas, se reconoció que la mandioca cultivada siempre se relacionaba con especies sudamericanas, sugiriendo que el cultivo fue domesticado en Sudamérica, proceso que debió comenzar unos 8.000 años antes del presente en la costa peruana como propone Clement et al. (2010). Además, material botánico hallado en 5 sitios del Valle Casma en Perú reveló tubérculos de yuca con datación entre el 1860 y 900 A.C y análisis de almidones mostraron similitudes entre granos de colecciones de referencia en Panamá, Venezuela y Perú (Socarrás, 2017).

Otro posible centro de domesticación fue en la región Caribe entre Colombia y Venezuela, dado que allí se presentan las condiciones ideales para el desarrollo de uno de los centros originarios de las plantas cultivadas en el mundo. Evidencia arqueológica muestra que en épocas prehispánicas la yuca fue utilizada como alimento complementario a la recolección de recursos de la fauna fluvial y marina,

…líticos encontrados en algunas capas de los concheros ubicados en Puerto Hormiga, en el Canal del Dique (departamento de Bolívar), cuyas fechas datan entre 3100 y 2500 a.C., donde se encontraron grandes platos pandos o budares para triturar raíces y semillas. Así mismo, en las sabanas de San Marcos, en un sitio llamado El Pozón, sobre una antigua playa de río, se hallaron cuencos y vasijas pandas que tienen fecha de 1700 a.C. También, en La Guajira se encontraron cerámicas fechadas de finales del primer milenio d.C. hasta la segunda mitad del segundo milenio, que permiten plantear la posibilidad de agricultores que cultivaron yuca y maíz (Uribe y Mora, 2007, pp. 50-54 citado por Aguilera, 2012).

El material histórico y etnográfico revela que, en la cuenca del Orinoco y Amazonas, posterior a la llegada de los españoles, existía un dominio sobre el procesamiento de la llamada yuca brava, la cual era convertida en harina (mañoco) y en tortas (cazabe) preparadas en la misma forma como se hace en el presente (Triana, 1982). Además, la yuca ha sido un elemento fundamental dentro de las culturas de esta región, tanto que investigaciones etnográficas demuestran que “la yuca no es simplemente una fuente de alimentación, sino que es empleada como elemento ritual, de intercambio cultural, comercial, cohesionador social, entre otros” (Arias et al. 2005; Briñez, 2002 citado por Socarrás, 2017).

Imagen 1. Posibles sitios de origen de la domesticación de la yuca


Se puede establecer entonces, que,

La dispersión de la yuca se dio, durante la conquista de América, a través de los comerciantes portugueses que la llevaron de las costas de Brasil hasta el Congo en África y en un período más reciente al Asia y Oceanía. A finales del siglo XIX ya estaba sembrada en casi la totalidad de los países del trópico (Cock, 1989, pp.32-34 citado por Aguilera, 2012).

Además, que el inicio de la domesticación de la yuca no tiene un origen único y definido, por el contrario, es mucho más factible la propuesta de un poli-origen dada la cantidad de variedades silvestres que se han encontrado ampliamente difundidas en lugares con condiciones ambientales diferentes como las costas de Perú y la Amazonia (Socarrás, 2017).

Resultados de la domesticación

La planta de yuca hoy en día es de un porte arbustivo, con una altura que varía de 1 a 5 metros, posee flores masculinas y femeninas, produce sus frutos y semillas, aunque comercialmente se reproduce asexualmente por medio de los tallos, las hojas son simples con forma palmeada y lobulada, sus raíces almacenan grandes cantidades de almidón lo cual le convierte en el órgano de la planta con mayor valor económico, además, dentro de esta especie existen variedades amargas y dulces según su contenido de ácido cianhídrico (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), 1983).

La planta actual, y la notable variedad de genotipos de yuca, es el resultado de un grupo de transformaciones suscitadas como respuesta a las condiciones del entorno natural y a los intereses humanos

La separación geográfica a varios niveles (tipos de suelo, aspectos culturales entre otros), reforzada por la selección artificial, consciente o inconsciente, hizo que el flujo de genes entre las razas dulce y brava fuera mucho menos frecuente que el flujo de genes dentro de cada grupo de variedades locales, lo que condujo a la diferenciación genética y a la agrupación dulce o amarga (Elías et al., 2004 citado por Martín et al., 2019).

El proceso de domesticación llevado a cabo por siglos ha ocasionado variaciones morfológicas en la planta, siendo el desarrollo de tubérculos capaces de almacenar grandes cantidades de carbohidratos el más considerable de ellos. Tal modificación se da especialmente dado que sus raíces son de alto contenido energético, siendo una fuente de calorías en el consumo humano y de vitaminas y minerales (Potasio, magnesio, calcio, hierro) (Aguilera, 2012). Además, el almidón de la yuca es una materia prima de múltiples usos en diferentes industrias.

Sumado a esto, las concentraciones de ácido cianhídrico de la raíz tuberosa también han ido cambiando por acción humana, reconociéndose que en unos lugares se cultiva yuca dulce, que no es toxica y se puede consumir luego de una ligera cocción, mientras que en otros lugares se prefiere cultivar yuca amarga, la cual debido a su toxicidad requiere de un proceso de desintoxicación antes de ser consumida, pero que llega a ser mucho más productiva (Clement et al., 2010).

En resumen, el proceso de domesticación de la yuca ha generado la aparición de múltiples variedades de genotipos, los cuales manifiestan cambios morfológicos en la planta como resultado de los variados ambientes donde se cultiva y de la búsqueda intencionada de raíces mucho más grandes, esto respondiendo al crecimiento de la demanda de yuca que ahora no es solo fuente de alimento para humanos y ganado sino también un producto empleado en la industria alimenticia, textil, de adhesivos, gomas, papeles y alcohol carburante como materia prima (Suárez & Mederos, 2011).

Conclusiones

Es notable que, durante el proceso de domesticación de la yuca, que seguramente tuvo distintos centros de desarrollo en América, se ha llevado a cabo una selección intencionada de algunas características en la planta como respuesta a una demanda estructurada a partir de un conjunto de necesidades que implican el desarrollo de saberes y prácticas con la planta, en especial con su cultivo, cosecha, transformación y consumo.

Su enorme variabilidad genética, evidencian la importancia que tuvo y que aún tiene para los pueblos asentados en los trópico y subtrópico de África, Asia y América Latina. Esta fue un valioso alimento desde tiempos prehispánicos, y actualmente no es solo un alimento básico para muchas familias, sino también un producto valioso dentro de la industria de alimentos, textiles, papeles, adhesivos, gomas y combustibles.

 Bibliografía

Aguilera, M. (2012). La yuca en el Caribe colombiano: De cultivo ancestral a agroindustrial.

Casas, A., & Parra, F. (2016). La domesticación como proceso evolutivo. In A. Casas, J. Torres, & F. Parra (Eds.), Domesticación en el contienen americano .

Clement, C., Cristo, M., Coppens, G., Alves, A., & Pican, D. (2010). Origin and Domestication of Native Amazonian Crops. Diversity, 2, 72–106.

Colombo, C., Second, G., & Charrier, A. (2000). Genetic relatedness between cassava (Manihot esculenta Crantz) and M. flabellifolia and M. peruviana based on both RAPD and AFLP markers. Genetics and Molecular Biology, 23(2), 417–423.

Eguiarte, L., Hernández, H., Barrera, J., Castellanos, G., Paredes, L., & Sánchez, G. (2018). Domesticación, diversidad y recursos genéticos y genómicos de México: el caso de las calabaza . TIP Revista Especializada En Ciencias Químico-Biológicas, 21, 85–101.

Martín, M., Núñez, C., Zárate, R., Silverstein, S., & Villacorta, M. (2019). Conocimientos tradicionales vinculados a la “yuca” Manihot esculenta (Euphorbiaceae) en tres comunidades Ticuna del Perú. Arnaldoa, 26(1), 339–358.

Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). (1983). Yuca: investigación, producción y utilización.

Socarrás, J. (2017). Análisis y Caracterización a nivel funcional, simbólico y descripción morfológica de los granos de almidón, de variedades de yuca usadas en las familias Mendoza y Sueroke, miembros de la comunidad Uitoto resguardo de Monochoa. Universidad Externado de Colombia.

Suárez, L., & Mederos, V. (2011). Apuntes sobre el cultivo de la yuca (Manihot esculenta Crantz). Tendencias actuales. Cultivos Tropicales, 32(3), 27–35.

Triana, G. (1982). Procesamiento y complejo dietético de la yuca brava entre los indígenas Puinaves del rio Inírida. Caldasia, 13(64), 549–566.

Yacobaccio, H., & Korstanje, A. (2007). Los procesos de domesticación vegetal y animal. Un aporte a la discusión Argentina en los últimos 70 años. Relaciones de La Sociedad Argentina de Antropología, 191–215.


Realizado por Juan David Henao Agudelo