Familia y enfermedad

FAMILIA Y ENFERMEDAD 

“La eclosión de la enfermedad en la familia genera una serie de desajustes en la manera de convivir y funcionar por parte de sus miembros” (Fernández, 2004) 

Fotografía de José Carlos Bermejo


La familia ha sido el núcleo fundamental en donde se ha desarrollado la sociedad humana. Esta podría considerarse como una estructura o sistema coherente y articulado, en donde se dan vínculos y roles sociales que son dinámicos, y hacen posible que la estructura pueda cambiar algunas funciones de esta. Dicha organización social ha sido el centro alrededor del cual se satisfacen la necesidad de calor, comodidad, alimento y compañía de la persona como diría Malinowski en su escrito sobre la cultura (Kahn, 1975).

Podría considerarse “que la familia integrada por un hombre y una mujer unidos más o menos permanentemente - con aprobación social - y sus hijos, es un fenómeno universal, presente en todo tipo de sociedad” (Lévi-Strauss, 2010, pág. 196). Se reconoce que su estructura no es única, sino que existen variedad de tipologías en la conformación de esta, que incluyen desde la familia legal constituida a partir de un matrimonio, pasando por la familia de hecho donde se aprecian casos de unión libre, madresolterismo y concubinato, la familia nuclear vinculada a progenitores e hijos, y la familia extensa que se refiere al conjunto de núcleos familiares unidos (Gutiérrez, 1975).

El emparejamiento, el amor y la selección de la pareja está determinado por las costumbres culturales que prevalecen en cada sociedad. En ella el individuo adquiere hábitos, leyes, costumbres y maneras que inciden en los sentimientos, valores y actitudes que terminan por coaccionar y condicionar el comportamiento humano hacia los miembros de su grupo, en especial frente a sus parientes más cercanos.

Entre las principales funciones de la familia destaca el formar y cuidar a los individuos que le conforman. En casos como la enfermedad de uno de sus miembros, esta es quien cumple el rol de dar el mayor cuidado y atención al paciente. Se convierte en el núcleo fundamental para superar la enfermedad, incluso al punto de llegar a presentar cambios en su funcionamiento y composición, dado que la familia “sufre, se preocupa, tiene miedo, sus hábitos cambian e igual que los de su ser querido, las relaciones y roles se alteran y los sentimientos son diversos; sus miembros están fragilizados, también son seres vulnerables” (Waldow, 2014, pág. 235).

Por su parte, la vida del paciente, así como su papel en la familia y en la sociedad, cambian, alterando de alguna u otra manera su forma de ser y estar en el mundo. Las modificaciones se dan en la estructura exterior e interior del sujeto, afectando el mundo afectivo y relacional de este. Se crea una nueva conciencia sobre quien se es, la importancia de la familia, el significado de las cosas y de la vida, las prioridades y los valores cambian.

Dentro de la familia surge una imperativa responsabilidad de proteger a sus miembros, y al ver que alguno se encuentra en estado de vulnerabilidad se hace necesario atenderle y cuidarle, aunque ello represente un desgaste físico que puede causar la falta de energía, alteración de las funciones cognitivas o la aparición de enfermedades en el cuidador. Además del desgaste físico, los cuidadores llevan una carga psicosocial que suele manifestarse con

…sentimientos negativos como la frustración, ansiedad, enojo, impotencia, desesperanza, preocupación por las actividades de cuidado directo, incertidumbre por el futuro de su receptor de cuidados, percepción de pérdida, de vida disminuida y de lucha constante y limitación en las relaciones sociales y familiares (Carreño, et al., 2016, pág. 345)

Ante esta difícil situación, suelen presentarse cambios en las interacciones familiares y se puede llegar a situaciones de equilibrio o desequilibrio al interior de esta. No es raro que en algunos casos se centre el interés en la personas enferma, lo que puede ocasionar que el cuidador se aleje inevitablemente de otros miembros de la familia debido a las labores de cuidado que realiza. Así mismo se reconoce que el cuidador está sujeto a cierto estrés, sentimientos y emociones que pueden llegar a influir en su estado de salud. Esto puede dar pie a tensiones y distanciamientos en la familia, o por el contrario fortalecer la misma. De igual forma puede generar cambios en las dinámicas de los hogares, especialmente en lo relacionado a la división de trabajos dentro de ellos.

No todos los casos de enfermedad implican serios cambios en las familias, “el desajuste puede tener diferentes intensidades, las cuales van a estar influenciadas por el tipo de enfermedad y la dinámica del grupo familiar en torno a ella” (Fernández, 2004, pág. 251) Hay casos en donde el cambio más notorio se da en las actividades diarias de la familia, la cual requiere dedicar un poco más de tiempo para estar con el paciente, darle sus medicamentos, prepararle la comida, e invertir tiempo para el dialogo y apoyo psicológico; mas no requiere modificar sus roles, en parte porque las enfermedades no son crónicas, agudas o terminales, y por ello requieren de un menor cuidado y esfuerzo por resguardar al paciente.

Mientras tanto, la economía familiar también se ve alterada, incluso llegando a ser un determinante en la forma en que se estructura la familia. En casos donde enferma la persona que económicamente sostiene la familia, de inmediato se debe dar una reorganización en las funciones familiares, es inevitable la alteración estructural, pues los roles, funciones y jerarquía de la familia será diferente. Claro está que el impacto económico de una persona enferma en una familia de escasos recursos no será igual que en una familia económicamente estable, siendo probable que en la familia de pocos recursos se pueda dar más fácilmente un cambio en la estructura y funcionamiento,

Finalmente, a modo de conclusión, podría decirse que la enfermedad de un individuo altera tanto la existencia de este como la del grupo social más cercano a él, que usualmente es la familia. Como ya se mencionó, pueden aparecer alteraciones en los roles, funciones y jerarquía de esta a causa de tener un miembro enfermo o en estado vulnerabilidad. Así mismo, se reconoce que estos cambios, y la intensidad de los mismos, dependerán de factores como la unión familiar, la situación socioeconómica o el tipo de enfermedad que aqueje al paciente.

 

Bibliografía 

Carreño, S., Sánchez, B., Carrillo, G., Chaparro, L., & Gómez, O. (2016). Carga de la enfermedad crónica para los sujetos implicados en el cuidado. Revista Facultad Nacional de Salud Pública , 342-349.

Fernández, M. (2004). El impacto de la enfermedad en la familia. Revista Facultad de Medicina, 251-254.

Gutiérrez, V. (1975). Familia y cultura en Colombia. Tipologías, funciones y dinámicas de la familia. Manifestaciones múltiples a través del mosaico cultural y sus estructuras sociales. Editorial Universidad de Antioquia.

Kahn, J. (1975). El concepto de cultura: textos fundamentales. Editorial Anagrama.

Lévi-Strauss, C. (2010). La Familia. En H. Velasco Maillo, Lecturas de antropología social y cultural. La cultura y las culturas. (págs. 195-222). Madrid: UNED.

Waldow, V. R. (2014). Cuidado humano: la vulnerabilidad del ser enfermo y su dimensión de trascendencia. Index de Enfermería, 234-238.


Realizado por Juan David Henao Agudelo