PANDEMIA
DE 1918 O GRIPE ESPAÑOLA
Factores
sociales, económicos, demográficos, políticos, culturales, genéticos e
inmunológicos pueden incidir en la aparición de una pandemia
Hipótesis de origen
El
sitio donde posiblemente comenzó la mutación del virus y la transmisión a los
humanos no es del todo segura. Algunos señalan que este pudo iniciar circulación
entre los humanos en el Tíbet, China, no obstante, la información que respalda
esta teoría es muy escasa. También se cree que la gripe surgió en España, aunque
mucha de la información recolectada señala que esta se relaciona con el país Ibérico
en especial por el cubrimiento que hizo la prensa española sobre la enfermedad,
dando la idea de que era el único y más afectado país. Dado que el brote de
esta enfermedad coincidió con la Primera Guerra Mundial, los medios impresos de
los países en conflicto no hablaron al respecto, no por su inexistencia sino
para no agravar más los problemas sociales ya presentes.
La
teoría más probable acerca del lugar de origen de la infección es Estados
Unidos, aunque no se sabe del todo si el virus mutó y se transmitió en este
lugar, o si fue allí donde se manifestó por primera vez con más intensidad
debido al alto flujo de migrantes y a las condiciones de hacinamiento de los
reclutas del ejército. El caso es que el primer paciente diagnosticado con los
síntomas de la enfermedad se presentó en el campamento militar Funston ubicado
en Fort Riley, estado de Kansas, Estados Unidos: “El 4 de marzo de 1918, Albert
Gitchel, cocinero del campamento Funston en Kansas, se vio afectado por tos,
fiebre y dolores de cabeza. El suyo fue uno de los primeros casos establecidos
en la historia de la llamada gripe española”
En
cuanto a la manera en que la infección llegó a los humanos y se distribuyó,
también existen tres hipótesis siendo una de ellas la más plausible. Una primera
teoría resulta ser un tanto conspirativa, nada raro para un periodo de guerra y
amenazas latentes, y señala que los agentes patógenos que causaron la pandemia
fueron introducidos a Estados Unidos por los alemanes como una estrategia de
ataque
Entre los Aliados, se rumoreó que los gérmenes
causantes habían sido incrustados en la aspirina fabricada por la farmacéutica
alemana Bayer, que los gérmenes habían sido liberados en la bahía de Boston por
un barco alemán camuflado o que comandos alemanes llegaron en submarinos U-boot
y dispersaron gérmenes en teatros y desfiles
La
segunda hipótesis señala las condiciones de vida de las personas como la
culpable de la enfermedad. Aspectos como la insalubridad, el no acceso a salud
y alimentos, la pobreza, el hacinamiento, sumado a las condiciones de vida tan
precarias que se presentaron durante la Primer Guerra Mundial, sin duda
incidieron y acrecentaron la propagación masiva de la enfermedad.
La
tercera propuesta retomaba la teoría en la que el causante de la pandemia era
un agente patógeno que presentaba una sintomatología muy parecida a la
influenza que ya había causado pandemias en el pasado. A pesar de que se
consideraba a un microorganismo como el causante de la enfermedad, en especial el
bacilo de Pfeiffer, una bacteria identificada por primera vez en la mucosidad
nasal de un paciente en 1889 y que, en su momento, se consideró el agente
causal de la gripe (Martini, Gazzaniga,
Bragazzi, & Barberis, 2019), aún era un misterio el verdadero
culpable.
No
obstante, para 1933 se esclarecería el panorama al lograr aislar por primera
vez el virus de la Influenza y establecer que probablemente este había sido el
responsable de esta pandemia: “
Los
primeros virus de la gripe Influenza humana se aislaron y cultivaron en 1933. Se
descubrió que los cambios graduales en las proteínas de la superficie del virus
eran responsables de la recurrencia anual de las epidemias de gripe Influenza.”
El virus de la Influenza
La aparición de este virus probablemente fue resultado de la alta mutabilidad y capacidad de reordenamiento de su genoma, así como por los cambios antigénicos resultantes en las glucoproteínas de la superficie viral (Hemaglutinina y Neuraminidasa). La constante variación del virus de la Influenza se manifiesta con pandemias a lo largo del siglo XX e inicios de XXI.
AÑO |
NOMBRE |
CEPA
DEL VIRUS |
1918 |
Gripe
española |
H1N1 |
1957 |
Gripe
asiática |
H2N2 |
1968 |
Gripe
de Hong-Kong |
H3N2 |
2003 |
Gripe
aviar |
H5N1 |
2009 |
Gripe
porcina |
AH1N1 |
La influenza suele diseminarse por pequeñas gotas de secreciones respiratorias presentes en el aire, o por el contacto con las manos de superficies contaminadas. El virus está presente en cerdos, caballos, murciélagos, humanos, perros y aves. En el caso de los humanos afecta principalmente a adultos mayores, niños y personas con trastornos médicos o enfermedades de base. Sin embargo, esta no fue la población más afectada por la gripe española, pues al parecer fueron los adultos jóvenes entre 15 y 45 años los que más sufrieron con esta pandemia.
Las
vías respiratorias suelen ser la parte del cuerpo más afectada por la gripe. La
incubación de esta puede tardar de 1 a 4 días y está sujeta a la dosis viral
recibida por el hospedador, y también por el estado inmunitario de este. La
infección de gripe causa la destrucción del epitelio del sistema respiratorio reduciendo
la resistencia de invasiones bacterianas secundarias.
Al
afectar las vías respiratorias, el virus las hace más propensas al ataque de
infecciones secundarias como los neumococos, por eso, durante la pandemia de
1918 la mayoría de las personas moría por neumonía
Estos
hombres comienzan con lo que parece ser un ataque ordinario de la Gripe o
Influenza y cuando llegan al hospital, desarrollan rápidamente el tipo más
vicioso de neumonía que se haya visto. Dos horas después del ingreso, tienen
las manchas de Mahogany en las mejillas y pocas horas después puede verse la
cianosis extendiéndose desde las orejas a toda la cara, hasta que se hace
difícil distinguir negros de blancos. En cosa de horas sobreviene la muerte, es
horrible
Estos
síntomas de neumonía estaban acompañados de hemorragias nasales y en los
pulmones, encefalitis que causaba fuertes migrañas, fiebres que superaban los
40°C, sangre en la orina como resultado de una posible inflamación de los
tejidos del riñón, problemas de oxigenación en la sangre, lo que producía
manchas en la piel, también estaba la posibilidad de caer en coma y en el peor
de los casos morir.
De
epidemia a pandemia
Es
posible que el virus de la Influenza, causante de la pandemia de 1918, ya
hubiera estado en circulación entre las personas para 1917. En ese mismo año
Estados Unidos ingresa a la Primer Guerra Mundial como aliado de los franceses,
y da inicio al reclutamiento masivo de soldados. Al parecer las condiciones de
hacinamiento dentro de los campamentos militares, y la probable circulación del
virus entre algunos soldados, hizo que la enfermedad se propagara más rápido. Algunas
evidencias indican que el virus migró desde Estados Unidos hasta Europa cuando
tropas estadounidenses llegaron para apoyar a los franceses. Si bien la
enfermedad ya se comenzaba a manifestar, iba ser con su llegada a Europa que se
propagaría por el resto del mundo hasta convertirse en una pandemia
en
Francia se localizaba un posible foco de infección e, incluso, el lugar de
inicio de la pandemia, específicamente en la base del ejército en Étaples
(campo de tránsito principal), pues allí se daban las condiciones ideales para
la incubación del virus de la influenza debido a la reunión y acúmulo de
personas, y a su convivencia con aves de granja o migratorias y con cerdos
Con
la llegada del virus a Europa se inicia su dispersión. Al parecer luego de
llegar a Francia el virus se desplazó hacia otros países del continente para
luego llegar al norte de África, Asia y Australia
en
Europa, la enfermedad se extendió por Francia, Gran Bretaña, Italia y España,
causando estragos en las operaciones militares de la Primera Guerra Mundial.
Tres cuartas partes de las tropas francesas y más de la mitad de las británicas
enfermaron en la primavera de 1918. En mayo, la gripe afectó al norte de
África, y después a Bombay (India); en junio, se registraron los primeros casos
en China, y en julio en Australia
La
rápida diseminación de la enfermedad conllevo a un gran número de muertos. Se
cree que en solo ocho meses la pandemia logró acabar con la vida de 20 millones
de personas. La oleada de muertes tuvo un comportamiento semejante a una W, en
el cual había gran numero de contagios, que descendían paulatinamente y volvían
a aparecer con gran numero de muertos en poco tiempo.
La
primera oleada de contagios y muertes comienza en marzo de 1918. Paulatinamente
el número de personas afectadas va disminuyendo, en parte, debido a medidas
tomadas por los gobiernos para prevenir la expansión del virus como efectuar
exámenes de salud a los inmigrantes que llegaban en barcos procedentes de
Europa, internar en cuarentena a aquellos que presentaran síntomas de gripe, evitar
reuniones en lugares cerrados, suspender las clases en escuelas primarias y
secundarias y prohibir los espectáculos públicos (Luthy, Ritacco, & Kantor, 2018).
La
segunda oleada de contagios resultó ser la más grave y letal de la pandemia.
Esta se dio en el otoño de 1918 y se cree que causó cerca del 65% del total de
las muertes. Al parecer su mortalidad se debió a mutaciones que sufrió el virus
durante el tiempo que duró la primera oleada. Posteriormente, las muertes e
infecciones comienzan a desacelerarse. En la primavera de 1919 vuelve a
incrementarse la cantidad de enfermos, aunque en menor medida en comparación con
la segunda oleada, no obstante, el número de muertes era considerable.
Luego
de esta tercera oleada el virus comienza a causar menos muertes y contagios.
Tanto las medidas preventivas para evitar el contagio de la gripe como la
vacunación contra neumococos resultan ser de gran utilidad. Además, al parecer
el cuerpo humano creaba rápidamente resistencia a este virus, haciendo menos
probable y grave una segunda infección “En los lugares que experimentaron
tanto la ola de primavera como la de otoño, casi todos los observadores
coincidieron en que las víctimas de la primera ola escaparon o sólo
experimentaron una enfermedad leve en otoño”
Actualidad
La
identificación del virus en 1933 y su continuo estudio, permitieron establecer
las cepas responsables de los contagios, así como los medicamentos y
tratamientos adecuados para su manejo. En la actualidad, el análisis de la
secuencia del genoma del virus de la Influenza plantea la necesidad de
continuar desarrollando investigaciones moleculares que faciliten la detección
de cambios en su estructura a fin de vigilar y controlar variaciones que puedan
ser más letales y contagiosas,
esta
información es importante para deducir y vigilar si hay cambios en la secuencia
que aporten información para entender las adaptaciones virales en los humanos,
así como para el desarrollo y mejoramiento de los medicamentos antivirales, el
estudio de la potencial resistencia a los medicamentos y el desarrollo de
vacunas para el control de este tipo de pandemias
Además,
es necesario seguimientos rigurosos al
virus no solo en humanos sino también en aves, cerdos, equinos, murciélagos,
entre otros, puesto que el agente patógeno también puede mutar en cualquiera de
estos huéspedes y transmitirse sin mayores problemas entre especies.
Bibliografía
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Realizado por Juan David Henao Agudelo